Cuento
La
gata con botas
Había
una vez una gata que la llamaban “La gata con Botas” Por que
llevaba unas botas con tacón.
Fue la herencia para una hija de la molinera. A la
mayor le toco el molino, la mediana el asno y a la pequeña esa gata.
La hija pequeña se quedo mirando a la gata y a acariciándola
mientras que decía:
-¡Que
mala suerte la mía! ¿Como voy a ganarme la vida con una gata?
La
gata pensaba... y decía a la vez:
-Aunque
no te parezca pero, has tenido mas suerte que tus hermanas.
Se
puso sus botas y se marcho corriendo a cazar palomos, conejos y toda
clase de pájaros para dárselos a la Reina.
La
gata al poco tiempo cazo un par de codornices y con ellas en el saco
se dirigió al castillo de la reina.
Cuando
llego a la puerta se encontró a tres centinelas que vigilaban la
puerta y, después de haberles saludado con educación le pidió
ausencia con la Reina.
-
Tengo un mensaje importante para su majestad.
Cuando
ya entro a donde estaba la Reina y sus consejeras le dio el saco y
dijo:
-Esto
lo traigo de nombre de mi dueña me a dicho que te lo traiga para ti
Majestad.
-Muchas
gracias, no sabia que ella podía cazar esto ni tampoco savia que me
gustaban las codornices.-Dijo la Reina sorprendida.
Cada
día la llevaba algo a la Reina un conejo, una liebre, palomos, mas
codornices...
Un
día la gata se entero que el carruaje de la Reina pasaba cerca del
río y le dijo a su dueña que se quitara la ropa y se metiera en el
río ella le hizo caso y se metió, al poco rato paso el carruaje con
la Reina y sus consejeras la Gata gritó ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Mi
dueña se esta ahogando! ¡Ayuda!
La
reina le dijo a sus consejeras que ayudaran a la muchacha a salir del
río.
La
gata que no se daba satisfecho llego al castillo donde vivía un ogro
que siempre asustaba a los habitantes del reino y llamó a la
puerta.¡Pom, Pom!La gata se puso hablar con el ogro y preguntadole
cosas.
Como
el ogro era mágico se conbirtio a el mismo en un raton, la gata se
hecho encima y se lo comió. Después de relamerse los bigotes la
gata fue al encuentro con la Reina y su dueña.
Su
dueña no podía dejar de mirar al apuesto Príncipe por que ella se
había enamorado de el...
Así
fue como la gata hizo a su dueña rica y feliz. Pero a la gata...
tampoco le faltaba nada.
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